1. No tener cuidado con los colores
Es muy común caer en el error de que los colores que te gustan son todo terreno. Analiza muy bien cómo y dónde utilizarás tu color
favorito. En defensa de tu economía, piensa que un cambio rotundo de
color es una jugada, muchas veces peligrosa, que puede perjudicarte
doblemente, cuando en pocos meses quieras volver a aquel clásico color
blanco de tus paredes, que combinaba con todas tus cosas.
2. No tener visión de futuro
Si no eres de los que puede darse el lujo de redecorar su casa año
tras año, debes pensar en el futuro, y uno de los mejores ejemplos es el
cuarto infantil. Las decoraciones temáticas de niños pequeños
son bonitas, pero cuando crezcan, ¿cuánto deberás invertir en
modificarla? Recurre a todos los trucos posibles para que la transición
de la habitación del peque sea sencilla, sutil y económica.
3. Comprar plantas que no cuidarás
Nadie puede negar el poder decorativo de las plantas,
pero ¿podrás mantenerlas y les dedicarás tiempo? Si la respuesta es no,
no tires tu dinero. Opta sólo por plantas fuertes y de poco riego.
¿Plantas artificiales? Cuidado: que sean pocas y de excelente calidad.
4. Pagar el precio de estar a la moda
Cada año puedes encontrar, en internet y en revistas de decoración, consejos y recomendaciones sobre muebles y objetos decorativos
que harán furor. En ellos se pueden ver fotos fantásticas de
habitaciones de ensueño, con lo último y más novedoso, y entonces te
invade el entusiasmo. Ten cuidado, no todo lo que está de moda quedará
bien en tu casa ni te será útil. Analiza muy bien antes de invertir
dinero en algún objeto de moda, que en pocas semanas quedará olvidado en
el trastero.
Vía : www.fotocasa.es